Nuestras emociones son parte de nosotros y son
respuesta de nuestro sistema fisiológico ante determinadas situaciones internas
o externas. Todos experimentamos emociones, en mayor o menor intensidad, más o
menos ajustadas a nuestra realidad. Las emociones nos afectan a nuestra
motivación, a nuestro aprendizaje, a nuestro comportamiento y a la comunicación
que tenemos con la gente que nos rodea.
El bloqueo emocional es un mecanismo de defensa
que nos impide que podamos sentir emociones con normalidad. Por ello, nos
impide pensar con claridad y nos afecta a nuestras acciones de nuestra vida
cotidiana.
En algún momento de nuestra vida todos hemos
pasado por algún bloqueo emocional. En numerosas ocasiones es complicado
gestionarlo y volver a la normalidad. Hay que tener en cuenta que estos
bloqueos no tienen por qué afectar a todas las áreas de nuestra vida, sino que
podrían afectar al pensamiento, emoción y comportamiento centrado en un ámbito
concreto (laboral, familiar, de pareja, amistad, personal, etc).
El bloqueo emocional se activa en determinadas
situaciones para amortiguar el impacto de una situación o evento que puede
resultar muy doloroso para nosotros. Se trataría de un mecanismo de defensa que
nos ayuda a proteger nuestra mente de lo que podríamos llegar a sentir en esa
situación que nos afecta de forma muy fuerte.
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