Actualmente, más de la mitad de la población
mundial vive en entornos urbanos. espacios en los que el umbral de
contaminación ambiental es superior al resto y produce efectos nocivos tanto en
los órganos internos de nuestro cuerpo como en los externos.
Nuestra piel, actúa como barrera natural frente
a las agresiones ambientales. Pero esta condición y la continuada exposición a
la baja calidad del aire de los entornos urbanos hacen que la función barrera
se debilite y se produzca una notable aceleración de la edad biológica de la
piel
El tráfico, las calefacciones, el tabaco, los
disolventes y productos de limpieza son solo algunos de los principales agentes
contaminantes que dañan distintos órganos de nuestro cuerpo, entre ellos la
piel.
Todos estos agentes externos contaminantes
fomentan lo que se conoce como “estrés oxidativo”, un mecanismo por el cual se
generan más radicales libres en el organismo. Estos radicales libres, actúan
disminuyendo la producción natural de colágeno, ácido hialurónico y elastina a
la vez que deteriora las membranas de las células.
Este proceso de deterioro de la piel provoca
que ésta se vuelva más seca, áspera e incluso tenga un aspecto más agrietado.
Pero también, al verse empobrecida su “función y barrera”, la piel se hace más
vulnerable a influencias externas y más propensa a la entrada de bacterias.
Éstos, son motivos más que suficientes para
entender la importancia que tiene detoxificar y purificar la piel del rostro en
profundidad, la zona de nuestra piel más expuesta a todos estos agentes
externos.
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